Desde hace unos siete años que los feligreses católicos rezan en pequeños grupitos dispersos y una pequeña capilla improvisada su religión. Para Semana Santa los católicos indios se reunían en un solo lugar, mientras en otro sitio se reunían los árabes y el otro los filipinos.

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El año pasado se abrió la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, y es solo desde entonces que la congregación católica ha conocido un lugar oficial de culto en Qatar. Para Nochebuena, se reunieron alrededor de 15.000 personas para la misa de medianoche, y como no entraban todas las personas a la iglesia, tuvieron que poner pantallas en el exterior.

La decisión de permitir la construcción de la iglesia católica en Qatar es parte del esfuerzo del Jeque Hamad bin Khalifa al-Thani por modernizar el emirato que se hizo rico por sus reservas de gas, demostrando que allí existe flexibilidad y tolerancia por parte del Islam. La idea es mostrar al mundo que hay apertura a nuevas ideas. Fue a partir de la construcción de esta iglesia cristiana que se unieron otros proyectos de iglesia más pequeños de la misma religión.

En Qatar deben existir unos 80.000 cristianos, casi en su totalidad trabajadores expatriados provenientes principalmente de la India y Filipinas. Con la apertura de Qatar hacia nuevos cultos, el país se pone en línea con la mayoría de sus vecinos del Golfo con excepción de Arabia Saudita, cuya cepa inflexible del Islam prohíbe el culto de otra fe.

Cada vez menos cristianos son detenidos por su religión, y los agentes de aduana ya casi no confiscan las biblias ni los crucifijos que provienen del extranjero.

Para la inauguración de la iglesia, que fue el pasado mes de marzo, se supo que el costo de la obra ascendía a los USD 15 millones de dólares, financiado por los católicos que viven en los estados del Golfo.

Vía: csmonitor

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